Iglesia de Cebrecos

Cebrecos toma el nombre de un diminuto asno salvaje que se denominaba así y que debió de ser abundante en la antigüedad. Actualmente habitan en este pueblo unas sesenta personas.

Iglesia de Cebrecos
Interior de la iglesia de Cebrecos

La iglesia parroquial, dedicada a S. Cristóbal, se levanta en lo alto del pueblo, desde donde se domina una hermosa panorámica y donde todavía se pueden observar las antiguas chimeneas redondas para curar la matanza. Se trata de una iglesia reconstruida y agrandada en el s.XVI. De grandes dimensiones, posee una hermosa portada con la imagen del santo titular y curiosas calaveras.

La plaza Mayor conserva una zona de soportales, como se usaba en las plazas típicamente castellanas. Igualmente, en las antiguas escuelas, existe un pequeño museo con objetos antiguos de la cultura campesina. Pocos metros más adelante, se puede ver un viejo potro de herrar y la ermita de Sta. Ana.

A unos dos kilómetros (junto a una fuente), tomando el camino de concentración que sale junto a la ermita de Sta. Ana, se encuentra la ermita de S. Vicente: se trata de una ermita románica, hoy derruida, y en la que se puede observar muy bien el modo de construcción de estos templos en ámbitos rurales: se hacía un encofrado que se rellenaba de piedra y cascajo y luego se revestía de cal mortero para embellecer las paredes. Posee una artística portada con el arco semicircular.

Desde Cebrecos se puede ir andando hasta Ura (7 km.) y empalmar aquí con el desfiladero que lleva a Castroceniza. Se trata de una ruta muy bonita. Para conocer el camino es importante preguntar en el pueblo.

Fiestas y tradiciones

S. Cristóbal y Sta. Ana: se celebran el 25 y 26 de julio.
En Pascua, también realizan las célebres “emes”: en la procesión del encuentro, el Día de Pascua, se bendicen y se cantan, como en los otros pueblos, coplillas muy antiguas.

 

 

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