La Comarca del Arlanza está vertebrada por ríos y arroyos cuyas riberas serpenteantes son germen de amplios y extensos bosques de encina, roble o sabina. Lugares donde poder gozar de un paisaje puro donde la erosión y el tiempo han generado relieves plegados, cuevas modeladas en al roca, cascadas y ásperos cortados.
Vive la experiencia única de atravesar el Desfiladero de la Yecla. Recorre este exclusivo Espacio Natural a través de puentes y pasarelas suspendidas sobre una profunda y estrecha garganta en la que se localizan los más extensos y mejor conservados sabinares del planeta.
Los ríos permiten la existencia de una gran cantidad de seres vivos
Los bosques asociados a los cursos de los ríos se llaman bosques de ribera o en galería. Están formados normalmente por árboles de hoja caduca y copas frondosas.
Son muchas las especies que forman este tipo de bosque: el álamo, el chopo y el sauce. Y es que si algo caracteriza a estos bosques es la gran diversidad de plantas que crecen en ellos.
A su vez, en estos bosques se instala toda una comunidad de animales: pequeños insectos, arañas, peces, reptiles, anfibios, pájaros… que convierten estos lugares en pequeños paraísos para la vida. Y es que, en la naturaleza, la diversidad en un verdadero tesoro.
El chopo acompaña al Arlanza en todo su recorrido
El chopo, con su tronco alargado y sus hojas gráciles, siempre movidas por el viento, es uno de los principales habitantes de estos bosques de ribera.
Sin embargo, la mayoría de las choperas de la provincia de Burgos han sido plantadas por los seres humanos. Los chopos son árboles de crecimiento rápido que, en pocos años, alcanzan un tamaño adecuado para poder ser talado. Su madera, de poca calidad, es utilizada sobre todo para la elaboración de tableros de contrachapado.
Las choperas, tanto naturales como plantadas, tienen gran importancia por ser hogar y refugio de gran cantidad de seres vivos aunque está demostrado que las naturales albergan mucha más vida.
Los bosques de ribera son auténticas depuradoras naturales
En la naturaleza, nada se desperdicia. Los árboles que viven junto a los ríos, especialmente chopos y álamos, son verdaderas depuradoras que, junto con el agua, absorben todo tipo de sustancias contaminantes.
Algunos sistemas de depuración de aguas residuales utilizan estos árboles. Son los llamados filtros verdes. En ellos, el agua procedente de pueblos o ciudades se vierte directamente sobre choperas. Su gran capacidad para absorber el agua y los residuos hace que los contaminantes sean rápidamente eliminados.
Pero este proceso sólo es válido para poblaciones pequeñas. Cuando la contaminación es muy alta los árboles no son capaces de cumplir esta función. Nuestro papel como ciudadanos conscientes nos obliga a contaminar lo menos posible, colaborando con la conservación de ríos y arroyos.