Nació en el pequeño pueblo de Villoviado, pedanía de Lerma, el 30 de Septiembre de 1769. De joven ayudaba a su familia en las tareas de la agricultura y pastoreo, posteriormente estudió la carrera sacerdotal, siendo ordenado sacerdote en Covarrubias a los 26 años, siendo nombrado párroco en su pueblo natal.
En 1808 las tropas francesas de Napoleón, saqueaban los pueblos de la zona para aprovisionamiento de víveres, realizando numerosas tropelías. El Cura Merino, conocedor de la zona, les hizo frente al mando de una partida de 2000 hombres, controlando el “Camino Real”, apresando convoyes y correos franceses.
Por sus acciones victoriosas, la Junta Suprema le nombró sucesivamente Capitán y Teniente Coronel, siendo galardonado con la “Cruz Laureada de S. Fernando”. Ganó 58 batallas a las tropas francesas; destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana de Puente, Quintanapalla y su brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. Fue el inventor de la “guerra de guerrillas” realizando emboscadas por caminos y pueblos. De él dijo el mismo Napoleón que “prefiero la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas”. Se sucedieron sus ascensos y condecoraciones de guerra, llegando a ser nombrado Mariscal de Campo por el rey Fernando VII.
Concluida la Guerra de Independencia, volvió de párroco a su pueblo. Más tarde, al morir el monarca, el Cura Merino luchó al lado de los Carlistas, siendo nombrado General en Jefe de todas las tropas en Castilla y Extremadura, al mando de 11.000 hombres. A la derrota del ejercito carlista, el Cura Merino se exilió en Alençon, un pueblo de la bretaña francesa, donde pasó sus últimos cinco años de su vida. Murió el 12 de Noviembre de 1844, a los 75 años. En 1968 el Ayuntamiento de Lerma solicitó sus restos, siendo repatriado a la villa. Desde mayo del mismo año sus restos reposan en la Plaza de Santa Clara, en un sencillo mausoleo, junto al mirador de los Arcos.
Ruta del Cura Merino
La ruta comienza en Lerma y termina en Sto. Domingo de Silos. Pero se puede hacer al revés. Se visita Revilla-Cabriada, Villoviado, Castrillo Solarana, Solarana, Nebreda, Cebrecos, Tejada, Quintanilla del Coco y Santibáñez del Val. Son los pueblos donde el Cura Merino, famoso guerrillero, reclutó sus primeras tropas. En esta ruta intercambiaremos arte diverso, construcción popular y paisajes naturales. La duración es variable, según se haga todo o se vaya eligiendo lo que más convenga en cada momento, pero se aconseja una jornada entera. Si vas a hacer senderismo, lleva buen calzado.
Consejos: Disfruta de cada pueblo, estate atento a los múltiples detalles que en ellos existen, observa su arquitectura popular, valora sus encantos, métete en la naturaleza y respétala. Y no dudes en charlar con sus gentes: gentes mayores, en su mayoría, con la sabiduría de los muchos años y con la sencillez y hospitalidad de la buena gente. Las iglesias, normalmente, se pueden visitar preguntando por la llave: pídela con respeto y hazte acompañar. No se pueden sacar fotografías.
Kilómetros: Unos 45 km. Recorreremos una carretera con buen asfalto.
Dónde comer: Tanto en Silos como en Lerma hay buenos restaurantes donde repostar fuerzas. En cualquier caso, si el tiempo lo permite, también es bueno llevar una comida campestre.
Servicios:
- Gasolinera: sólo en Lerma.
- Tiendas: en Lerma y Silos.
- Farmacia: en Lerma y Silos.
- Bares: los domingos hay en todos los pueblos del recorrido.
La ruta: Durante nuestra ruta seguiremos básicamente la carretera comarcal BU-900, con dirección a Silos, que está a la entrada de Lerma.
Sin abandonar la carretera nos encontramos con el primer pueblo: Revilla-Cabriada.
El pueblo
Se trata de un pueblo pequeño: en invierno vivirán unos cuarenta habitantes. El nombre de Revilla deriva de “ribera” pequeña; Cabriada, que ha sido motivo de numerosos chistes y ocurrencias, lo asume al unírsele otro pueblo desaparecido donde abundaban las “cabradas” (lugar de cabras).
¿Qué ver?
Es muy interesante su iglesia parroquial, dedicada a Sta. Elena. El templo es de estructura románica, y reformado considerablemente en el s. XVI. Lo que más destaca del templo es la portada, románica del s. XII. Es imitación del modesto entallador del claustro alto de Silos. También posee interesantes canecillos románicos. En el interior, se conserva un rico artesonado del s.XV.
Debajo de la iglesia se encuentran las bodegas típicas de la zona, excavadas en la tierra por los antiguos moradores del pueblo: nos encontramos en la comarca del Arlanza, con Denominación de Origen. Por la tarde, y los días de fiesta, son lugar de encuentro, merienda y reunión. Igualmente existen algunos lagares, todavía en uso.
Rutas a pie
En este pueblo es interesante recorrer el camino que nos lleva hacia Quintanilla del Agua (preguntar en el pueblo). Atravesamos todos los majuelos y nos encontraremos con el Arlanza. Esta ruta, es especialmente interesante en septiembre, cuando ya empiezan a madurar las primeras uvas.
Fiestas y tradiciones
Sta. Elena: se celebra el 18 de agosto.
Sto. Cristo de los Buenos Temporales: se celebra el sábado más próximo al 14 de septiembre. Interesante procesión por la tarde.
El día de Pascua son típicas de este pueblo las famosas “emes”: unas pastas en forma de “eme” (primera letra de María, pues eran las “Hijas de María” quien las realizaban).
Dejamos Revilla y volvemos a tomar la carretera hacia Silos. Una vez dejado el pueblo, a unos 200 metros, tomados la intersección a la derecha que indica Villoviado.
El pueblo
Villoviado (que significa villa de Viato) es un pueblo muy pequeño: normalmente habitan unas quince personas. Su fama se debe a que en este pueblo nació y vivió el famoso Cura Merino, importante guerrillero de la Independencia, junto a El Empecinado… Jerónimo Merino y Cob, que así se llamaba verdaderamente el cura, nació el 30 de septiembre de 1769 en esta pequeña localidad. De padres campesinos, no muy brillante en los estudios, desertó del servicio militar. Al morir el cura del pueblo, del que dependía económicamente su familia, Jerónimo ve en esta carrera eclesiástica su futuro porvenir.
Estudia brevemente en Covarrubias y es ordenado sacerdote para su pueblo natal. Gran aficionado a la caza es buen conocedor de los alrededores. Su vida era normal, como la propia de cualquier pueblo pequeño de Castilla. El 16 de enero de 1808 una compañía de soldados franceses acampa en Villoviado, provocando desmanes y deshonrando a los pobladores.
También el cura fue obligado a llevar los tambores y trompetas de la compañía hasta la vecina localidad de Lerma. Es ahí donde jura vengar ese ultraje y se convierte en uno de los guerrilleros más temidos por las tropas napoleónicas. A sus órdenes se colocan más de dos mil hombres, reclutados de los alrededores. Su bravura, la disciplina que impone, el conocimiento del terreno, la eficacia en los objetivos… le trae grandes victorias sobre el enemigo. Dicen que Napoleón llegó a exclamar: “Prefiero la cabeza de ese Cura a cuatro ciudades españolas…”. Por ello, es nombrado Teniente General del Ejército español, así como Gobernador Militar de Burgos. Son incontables sus campañas por la zona.
Terminada la guerra, es nombrado canónigo de Valencia, pero vuelve al retiro del pueblo, donde se dedica a construir su hermosa casa y embellecer la iglesia parroquial. En las guerras carlistas, nuestro héroe toma partido por los Carlistas, lo que provoca en último término su destierro de España. Murió un 12 de noviembre de 1844 en Alençon (Francia). En 1968, sus restos mortales fueron repatriados a España y ahora descansan en una de las plazas más hermosas de Lerma.
¿Qué ver?
Antes de llegar al pueblo nos encontramos con tierras sembradas de espliego, de donde se saca la colonia. Son especialmente hermosas cuando se encuentran en flor, en el periodo veraniego. A la entrada del pueblo, precisamente, encontramos una pequeña industria para destilar y producir Lavanda. Si la visita se hace en época de recogida (finales de agosto) es muy interesante verla funcionar.
En el centro de la plaza existe la típica fuente de pueblo. También en la plaza se levanta la Casa del Cura Merino: hermosa casa solariega en piedra, decorada con una pequeña inscripción que recuerda a su augusto morador.
La iglesia es sencilla pero hermosa. Fue reformada también por el Cura Merino. Se levanta en un pequeño cerro y posee una pila bautismal románica. Está dedicada a S. Vitores, santo burgalés que murió decapitado. Al lado de la iglesia se conserva una vieja morera, digna de admiración. Según la tradición, la morera es el símbolo de la sangre derramada por S. Vitores. Desde el pequeño altozano de la iglesia se pueden ver alguna de las viejas chimeneas castellanas, así como alguno de los palomares que se levantaban por estas tierras.
Al igual que Revilla-Cabrida, posee pequeñas bodegas.
Rutas a pie
Desde Villoviado se puede hacer alguna pequeña incursión en el monte cercano. Es fácil encontrarnos con venados y jabalíes, sobre todo a últimas hora del día o al amanecer. Cualquiera de los vecinos os puede decir los caminos mejores.
Fiestas y tradiciones
S. Vitores: se celebra el domingo más próximo al 26 de Agosto.
S. Silverio: se celebra el sábado siguiente al 20 de junio.
Volvemos a tomar la carretera hasta volver a encontrar la carretera comarcal con destino a Silos. Nuestra siguiente parada será Castrillo Solarana.
El pueblo
Castrillo Solarana fue un pueblo muy antiguo e importante, como lo demuestra su impresionante iglesia. Parece que perteneció al cercano Monasterio de S. Pedro de Arlanza. En la actualidad viven unas cuarenta personas en invierno. Su nombre procede de “Castro” pequeño: parece que donde se encuentra la iglesia hubo un pequeño castro romano.
¿Qué ver?
Sin duda, la iglesia de Castrillo, especialmente en su exterior, es la más hermosa de las que vamos a visitar. Está declarada Monumento. Se trata de una construcción del s. XIII y reformada posteriormente en el s.XVI. Lo más interesante, sin duda, es su ábside románico.
Es de una sola nave y está decorado con hermosas columnas en tridente y arcos ciegos. En el cementerio se abre una portada románica, sencilla pero hermosa. La torre, se alza esbelta sobre el término. Bajo ella se entra en la iglesia, en una portada decorada por calaveras. El interior de la iglesia no merece tanto la pena.
Desde la iglesia se ve una panorámica de toda la zona, especialmente de la Peña Cervera y de la Sierra de las Mamblas, en Covarrubias. Debajo de la iglesia están también las bodegas, como las que hemos visto en Revilla y Villoviado. En este pueblo se conservan más de 150 bodegas y diez lagares, lo que nos da una idea de su pasado vitícola.
En el pueblo existe una bodega comercial: Monte Amán, al lado de la carretera, que vende vino de la zona y que suele dejar visitarla.
Muy cerca del pueblo se encuentra la ermita de Sta. Ana, hoy derruida.
Fiestas y tradiciones
Las Mercedes: fin de semana más próximo al 24 de septiembre.
Retomamos la carretera y, a escasos 500 metros, nos encontramos con otro pueblo: Solarana.
El pueblo
Solarana es el pueblo más importante de la zona. No en vano el Valle que estamos atravesando se llama popularmente “Valle de Solarana”. El pueblo, organizado sobre su calle Mayor, posee un rico caserío, signo de su rico pasado: casas en piedra, algunas de ellas con escudos, la mayoría de las cuales posee un amplio corral. Actualmente habitan en invierno unas setenta personas. Se desconoce el origen del término, aunque quizás pudiera venir de “Solar de Ana”. También aquí el Cura Merino tiene sus “leyendas”: existe un puente donde dicen se escondió cuando era perseguido por los franceses.
¿Qué ver?
La iglesia parroquial dedicada a la Asunción de Sta. María posee la categoría de Monumento. Data fundamentalmente del s. XVI, aunque se conservan vestigios anteriores. Posee una portada gótica interesante. El interior destaca por su sencillez, hermosura y equilibrio. De él destacamos el magnífico coro labrado en madera. Frente a la iglesia hay un interesante fuente en piedra.
El Crucero-rollo del pueblo se encuentra junto al frontón, en la plaza del Ayuntamiento. Reconstruido, este signo indica el pasado glorioso del pueblo. Era el símbolo de la justicia.
En Solarana existen algunas casas blasonadas.
Saliendo del pueblo y atravesándolo todo él, nos encontramos a un kilómetro la Fuente Untierma (que se representa el escudo de la localidad), una chopera con abundante agua: parece que fueron antiguas termas romanas. Si subimos a un altozano, junto al depósito de aguas, nos encontramos con la ermita de S. Miguel. Este término se denomina el “Castro”: en él se levantaba en la época romana una importante ciudad que llegó a contar con dos mil habitantes. Todavía se pueden observar vestigios.
También puedes visitar:
Rutas a pie
Solarana posee un hermoso monte que es digno de disfrutar. Dejando el coche al final del pueblo, aconsejamos “perderse” por el monte y hacer alguna excursión a pie bien hacia el Castro, bien hacia la llamada “Fuente Untierma”, rico manantial que abastece de agua al pueblo. En el monte, aparte de viejas encinas y robles, podremos visitar un curioso coto de trufas, una cantera, el lugar donde se hacía carbón… Proponemos tomar el camino que va a Pineda, se tuerce a la izquierda y se regresa al pueblo por la Encina Grande y el vallejo oscuro. Preguntar a cualquiera del pueblo.
Fiestas y tradiciones
S. Isidro labrador, el 15 de mayo: se hace la bendición de los campos.
La Asunción de la Virgen, el 15 y 16 de agosto. El segundo día, por la mañana temprano, se hace una típica romería hasta la Fuente Untierma para tomar el chocolate: en ella se portan las imágenes de S. Roque y de Ntra. Señora.
Se vuelve a tomar la carretera con dirección a Silos. Muy cerca nos encontramos con Nebreda.
El pueblo
Nebreda, significa “lugar de enebros”. Antiguamente fue un pueblo grande, lo que se demuestra en su gran caserío. Destaca por sus enormes plazas. Actualmente habitan este pueblo unas sesenta personas en invierno. Se encuentra en la Ruta del Cid, promovida por la Diputación de Burgos, y que sigue el camino que recorrió el Cid cuando salió de Burgos camino del destierro.
¿Qué ver?
La iglesia está dedicada a la Natividad de Nuestra Señora. Se encuentra emplazada en una hermosa plaza, bien urbanizada. Se trata de una gran iglesia, de tres naves. Como la mayoría del valle, se levantó en época antigua pero fue progresivamente agrandada. Destacamos la portada renacentista.
Cerca de la carretera, en el segundo camino que nos lleva a las bodegas, todavía se puede contemplar un lagar en ruinas que conserva su estado más primitivo. Es muy interesante.
Rutas a pie
En Nebreda existe un pequeño pinar, cercano al cual se encuentra un “muladar” (lugar donde se echa comida a los buitres). Para visitarlo hay que acercarse al monte, por el camino que sale de las bodegas.
Fiestas y tradiciones
S. Antonio: 13 de junio. En los últimos años se viene celebrando en la segunda semana de Agosto.
Retomamos la carretera hacia Silos, y la abandonamos en el cruce que pone Cebrecos.
El pueblo
Cebrecos toma el nombre de un diminuto asno salvaje que se denominaba así y que debió de ser abundante en la antigüedad. Actualmente habitan en este pueblo unas sesenta personas.
¿Qué ver?
La iglesia parroquial, dedicada a S. Cristóbal, se levanta en lo alto del pueblo, desde donde se domina una hermosa panorámica y donde todavía se pueden observar las antiguas chimeneas redondas para curar la matanza. Se trata de una iglesia reconstruida y agrandada en el s.XVI. De grandes dimensiones, posee una hermosa portada con la imagen del santo titular y curiosas calaveras.
La plaza Mayor conserva una zona de soportales, como se usaba en las plazas típicamente castellanas.
Igualmente, en las antiguas escuelas, existe un pequeño museo con objetos antiguos de la cultura campesina. Pocos metros más adelante, se puede ver un viejo potro de herrar y la ermita de Sta. Ana.
A unos dos kilómetros (junto a una fuente), tomando el camino de concentración que sale junto a la ermita de Sta. Ana, se encuentra la ermita de S. Vicente: se trata de una ermita románica, hoy derruida, y en la que se puede observar muy bien el modo de construcción de estos templos en ámbitos rurales: se hacía un encofrado que se rellenaba de piedra y cascajo y luego se revestía de cal mortero para embellecer las paredes. Posee una artística portada con el arco semicircular.
Rutas a pie
Desde Cebrecos se puede ir andando hasta Ura (7 km.) y empalmar aquí con el desfiladero que lleva a Castroceniza. Se trata de una ruta muy bonita. Para conocer el camino es importante preguntar en el pueblo.
Fiestas y tradiciones
S. Cristóbal y Sta. Ana: se celebran el 25 y 26 de julio.
En Pascua, también realizan las célebres “emes”: en la procesión del encuentro, el Día de Pascua, se bendicen y se cantan, como en los otros pueblos, coplillas muy antiguas.
Volvemos hasta el cruce de la carretera comarcal, hasta que llegamos a la Carretera BU-900, con dirección a Silos. Seguimos por ella hasta encontrar el cruce que nos indica hacia Tejada y Ciruelos de Cervera. Antes de llegar a Tejada, a la derecha, encontraremos una pista asfaltada. Aconsejamos subirla, sobre todo si se trata de un día luminoso. Nos lleva hasta la torreta de televisión y teléfonos. La altura que alcanzaremos será de unos 1200 metros. La panorámica es realmente hermosísima. En un día claro, podemos divisar toda la comarca del Arlanza y la zona de la Ribera del Duero. Disfrutar allí por unos momentos y oxigenarse es una buena labor. Si regresamos hasta la carretera, aconsejamos visitar el pueblo de Tejada.
El pueblo
Tejada es un pueblo de Sierra. Su nombre deriva de “taliata” que significa “lugar cortado”, quizás significando la orografía. Actualmente posee uno de los caseríos mejor conservados de la actual ruta que estamos haciendo, alguno de ellos especialmente hermoso. Aunque en invierno apenas viven quince personas, en verano es lugar de veraneo y de reencuentro de los hijos del pueblo.
¿Qué ver?
En el centro del pueblo se encuentra la iglesia parroquial, dedicada a S. Miguel, es una pequeña joya. Destaca su imponente torre. En su interior, la hermosura y proporción,, cautiva al visitante. Se trata de una obra levantada en el s. XVI en bóveda de crucería.
También es curiosa la vista de la casa de recaudación, lugar donde se pagaban los diezmos y las primicias a favor de la iglesia. Más que por su arquitectura, por el símbolo que supone (se encuentra en el camino de entrada al pueblo, a la derecha).
Es interesante el caserío, la mayoría en piedra, bien construido. Especialmente interesante es una casa situada detrás de la iglesia, al estilo típico castellano. Un vecino del pueblo, amante de la naturaleza y de los fósiles, tiene un pequeño museo, en un viejo corral de arquitectura popular, con los aperos de labranza antiguos y con una rica colección de fósiles encontrados en los alrededores.
En Tejada se puede ver también el potro para herrar a los animales, que se encuentra muy deteriorado pero que permanece como símbolo de la vida de nuestros mayores. Símbolo de la arquitectura popular es, junto a la fuente con manivela, el lavadero, que se encuentra a unos dos kilómetros del pueblo. Hay que tomar el camino que lleva al cementerio, al final del pueblo a la derecha, y una vez pasado este tomar un camino a la derecha. Si se cruza un pinar se llega hasta la “cabaña del vaquero” (lugar donde se quedaban a dormir los pastores) desde el que se observa la peña y no es difícil encontrar venados y jabalíes.
Se puede visitar el Centro de Visitantes Geología y Fósiles de Tejada »
Rutas a pie
Desde Tejada se pueden hacer fácilmente dos rutas de senderismo. La primera consiste en subir a la Peña La Valdosa (1.412 metros), la enorme peña que se levanta sobre Tejada. La panorámica es impresionante desde lo alto, además de la abundancia de aves rapaces. Existe un camino que, con poca dificultad, te va subiendo hasta arriba. Para ello hay que seguir un poco la carretera hasta Ciruelos y tomar un camino a la izquierda. La segunda consiste en seguir el valle hasta lo que se conoce como Arroyo Molino (al final del pueblo, el camino de la izquierda). Por un hermoso paraje, se accede a un arroyo que posee vestigios de una antiguo acueducto romano labrado en la roca.
Fiestas y tradiciones
S. Miguel: en la primera quincena de Agosto.
Fiesta de Ntra. Sra. de la Vega: Domingo de Pentecostés: Se hace una interesante romería en la ermita de la Parada, situada en pleno monte, rodeada de encinas y enebros.
Dejamos Tejada y volvemos a tomar la carretera comarcal que nos conduce hasta Silos. Nuestra próxima parada será Quintanilla del Coco. A la derecha encontramos una pista forestal que indica “Ermita de la Virgen de las Naves”. Siguiendo ese camino que se puede transitar en coche, en el primer cruce tomaremos el camino de la izquierda (en invierno hay que atravesar un pequeño arroyo). A lo lejos, divisaremos la ermita de la Virgen de las Naves, patrona de Quintanilla. La ermita, muy grande, se encuentra en un paraje muy bonito. Si dejamos el coche en la ermita, y seguimos el camino hacia una pequeña garganta que se divisa a lo lejos, llegaremos al Churrión. Se trata de una pequeña cascada con abundante agua en invierno. Es un lugar muy bonito, reserva natural y refugio de aves rapaces (especialmente buitres), que limita al otro lado con el término de Tejada.
Volvemos a Quintanilla del Coco.
El pueblo
Quintanilla del Coco: su nombre procede de Quinta pequeña y Coco, nombre de un insecto, que dio denominación a un antiguo pueblo hoy desaparecido. Es un pueblo pequeño: habitan en él unas cincuenta personas.
¿Qué ver?
La iglesia parroquial de S. Miguel, es pequeña pero recogida. Tiene dos portadas románicas y en su interior se conservan también dos pilas bautismales del mismo estilo.
Rutas a pie
Aparte de la ruta al Churrión, que también se puede hacer a pie desde Quintanilla, aconsejamos caminar hasta el cercano pueblo de Castroceniza, por el llamado “carre molino”. Vamos a atravesar un pequeño cañón, rodeado de vasta vegetación especialmente fresco en los días veraniegos, con su molino. Hay que tomar el camino que sale al final del pueblo y que sube un pequeño montículo.
Fiestas y tradiciones
S. Miguel y la Virgen de las Naves: sábado y domingo segundo de mayo (¿?). El domingo se celebra una interesante romería en la ermita.
Seguimos la carretera y, en el cruce con la carretera de Covarrubias-Silos, tomamos dirección hacia esta última localidad. A unos doscientos metros del cruce, pasando por Santibáñez del Val (algunas de cuyas casas y rincones, especialmente a la orilla del río, poseen un encanto especial) tomamos dirección hacia Barriosuso y su ermita mozárabe de Sta. Cecilia.
La ermita mozárabe de Sta. Cecilia no puede dejarse de visitar. Por su hermosura y por su emplazamiento ha de ser visita obligada. Se trata de una pequeña ermita del s.X, mozárabe, agrandada en el s.XII en arte románico. En su interior se conserva un hermoso arco de herradura, así como un ventanal con forma de cruz griega que ilumina el ábside de la iglesia. El atrio levantado posteriormente servía para reunir el Concejo del antiguo pueblo que aquí existía. En los alrededores hay una fuente y merenderos realizados con piedras de molino.
Si subimos a Barriosuso, nos encontraremos con un pequeño pueblo de montaña. En él habitan apenas diez personas en invierno, pero el emplazamiento cautiva al visitante. Desde la iglesia y el cementerio, en lo más alto, se divisa una hermosa panorámica. De aquí cuenta la tradición que el Cura Merino se escondió en una casa y desde una ventana, que se conserva, observó al enemigo que le perseguía.
Rutas a pie
Desde Barriosuso también se pueden hacer varias rutas. En primer lugar, se puede acceder a la Peña La Valdosa. Quizás es más fácil desde aquí que desde Tejada. Al final del pueblo, existe un pequeño camino que nos va subiendo hasta lo más alto. Otra ruta es acercarnos a la llamada Cueva S. García, de donde sale un gran manantial. Una tercera ruta es acercarnos, monte a través, al cercano pueblo de Tejada: la panorámica es muy hermosa. En estas rutas es bueno preguntar a los vecinos el camino de acceso. Igualmente, dejando el coche en la ermita, se puede seguir el Camino Real, una pista que sale desde el puente romano y que llega hasta la carretera de la Yecla (paraje natural).
Fiestas y tradiciones
Sta. Cecilia: el domingo más cercano al 22 de noviembre, se hace una romería en la ermita.
S. Pelayo: el último domingo de agosto, se celebra la fiesta en Barriosuso.
La degollación de Juan el Bautista: el sábado más cercano al 29 de agosto, se hace la fiesta en Santibáñez del Val.
Nuestra ruta ha terminado: retorna a la carretera y llégate hasta Silos. Disfruta allí del arte románico, de la oración de los frailes, de la sencillez castellana… Esperamos que te guste y que vuelvas, cuando quieras, por estas tierras. ¡Te esperamos!.